Que la CGT deje de negociar con el gobierno
Todo el apoyo a los obreros del neumático
El gobierno de Javier Milei logró una relativa estabilidad política luego de que el Congreso le convalidara la Ley Bases. Pero este marco actual no fue la tónica de los primeros seis meses de Milei ni mucho menos: la primera parte del año estuvo marcada por las primeras luchas contra el gobierno, con la histórica marcha universitaria, dos paros generales, movilizaciones de trabajadores y cacerolazos contra las medidas reaccionarias.
Sin embargo, el apoyo de gran parte del régimen político a Milei le permitió la aprobación de su Ley y luego la escenificación de la firma del “Pacto de Mayo”, todos elementos con los que ahora el gobierno ensaya una nueva serie de provocaciones y ataques, a los que se suman también los grandes empresarios, que ven en la actual estabilidad política del gobierno una oportunidad para redoblar sus ataques a los trabajadores.
Es en este contexto que el gobierno y la justicia mantienen todavía a dos personas presas por manifestarse contra la Ley Bases, al tiempo que Milei lanza una nueva oleada de despidos a estatales, montó una provocación contra los sectores democráticos con el desfile militar del 9 de julio y con la visita de un grupo de Diputados de LLA al genocida Astiz.
A estos ataques del gobierno se pliegan los empresarios, que por la brutal recesión económica inducida por el ajuste de Milei aprovechan para tomar medidas que hagan que la crisis la paguen los trabajadores. No conformes con la terrible licuación de los salarios que produjo Milei apenas asumió, ahora los empresarios pretenden aprovechar la crisis para efectivizar miles de despidos, previendo una continuidad a largo plazo de la recesión. Los ataques tienen también un componente político: no es casualidad que el sector patronal más a la ofensiva en este sentido sea el del neumático, donde se concentra uno de los sectores más importantes de la organización independiente y antiburocrática del movimiento obrero.
En este marco, es criminal que la CGT haya profundizado un camino de negociación con el gobierno y se niegue a poner en las calles la más mínima acción o reivindicación de los trabajadores mientras las patronales aceleran sus ataques. Se trata de una acción consciente y deliberada de llevar adelante una tregua con el gobierno a cambio de que Milei no modifique la reglamentación de las cuotas sindicales ni introduzca cambios en los mandatos de los dirigentes gremiales. La burocracia usa a los trabajadores de moneda de cambio para sus propios intereses frente a un gobierno y un empresariado que atacan todos los días.

Es por esto que una de las tareas centrales de la actual coyuntura es retomar urgentemente la pelea en las calles, con la misma fuerza con la que en la primera parte del año le arrancamos dos paros generales a la CGT, cuestionamos el protocolo represivo de Bullrich y millones salimos a las calles en defensa de la Universidad Pública, además de cacerolazos y otras acciones de lucha.
Porque aunque el gobierno aparezca ahora en una situación de relativa estabilidad, lo cierto es que las crecientes contradicciones en la economía amenazan con desestabilizar el plan de gobierno libertario. Para que las turbulencias económicas no se traduzcan en más y mayores medidas de ajuste, es imperioso salir ya mismo a pararle la mano a Milei y los empresarios, que es todo lo contrario a lo que está haciendo la CGT traidora.
Esta tarea del momento está lejos de ser una mera acción declarativa, sino que implica una tarea bien concreta: rodear de nuestra mayor solidaridad y apoyo a los trabajadores del neumático, que hoy están siendo el blanco predilecto de los ataques patronales precisamente por tratarse de uno de los principales centros de organización del movimiento obrero. Las patronales preparan un escenario de despidos masivos en la industria, que en parte ya han comenzado, como en el caso de los 97 despedidos en Fate. Quieren hacer del neumático un caso testigo con el que luego intentar barrer a todos los demás sectores utilizando como excusa los “Preventivos de crisis” a pesar de que vienen de ganar millones y millones mientras los salarios se hundieron.
Hay que rechazar las provocaciones de la patronal, como el lockout de Firestone y el Preventivo de crisis de Fate, así como alertar sobre la complicidad del gobierno ante todos estos ataques. Para eso, hay que salir a luchar contra los despidos en el neumático, tarea que tiene una parada importantísima el próximo viernes, fecha en que el SUTNA convoca a una concentración en Plaza de Mayo y en la que tenemos que ser miles.
Retomar las calles contra los ataques del gobierno y la patronal es la única manera de imponerle a la CGT traidora que negocia con Milei volver a tomar medidas, como le arrancamos ya dos paros generales a fuerza de movilizaciones y cacerolazos. Es esta fuerza la que logró parcialmente pararle la mano a Milei los primeros meses, lo que se tradujo en la caída de la Ley Ómnibus y la suspensión de parte del mega-DNU reaccionario, como el capítulo dedicado a la reforma laboral.
El gobierno ya anuncia que insistirá con estas contrarreformas reaccionarias, mientras la CGT negocia y las patronales aprietan el acelerador de los despidos y las suspensiones. Este viernes 26 seamos miles en la Plaza de Mayo para rechazar los despidos, en el camino de ponerle un freno a los ataques de las patronales y Milei, e imponerle a la burocracia de la CGT que termine con su tregua entreguista y traidora.
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