A pocos meses de que se cumplieran tres años de la desaparición del Tehuel de la Torre, joven trans de 21 años, empezó el juicio contra el último hombre que lo vio con vida, Luis Alberto Ramos, en el Fuero Penal de la ciudad de La Plata. En la calle, estuvimos las organizaciones feministas que nos movilizamos desde el comienzo, con la exigencia de que el acusado rompa el silencio que pactó con su cómplice y nos diga, de una vez por todas ¿dónde está Tehuel?.
La lucha por la aparición de Tehuel comenzó durante la pandemia, cuando nos enteramos que su novia, de 17 años en ese momento, intentó presentar una denuncia por su desaparición pero la policía bonaerense no quiso aceptarla porque era menor de edad. Desde ese momento, el Estado, que tenía el Ministerio de la Mujer recién estrenado a nivel nación, con Alberto Fernández, y provincia, con Axel Kicillof, no hizo nada de lo necesario para encontrarlo.

A tres años de su desaparición, el juicio por Tehuel contra Ramos cobra mayor relevancia porque llega en medio de la avanzada reaccionaria, misógina, lesbo y trans odiante, encabezada por el presidente Javier Milei. Es importante porque las mujeres, travas, trans y lesbianas nos encontramos cada vez más expuestas a los violentos, ya que este Gobierno se encargó de desfinanciar y desmantelar los pocos organismos que el movimiento feminista conquistó con la inmensa lucha por el derecho al aborto durante el macrismo, como la eliminación del Ministerio de Mujeres y Diversidades y de la adhesión a los programas para erradicar la violencia machista.
El juicio por Tehuel cobra mayor relevancia porque llega a casi tres meses del crimen de Barracas, en el que Fernando Justo Barrientos arrojó una molotov contra la habitación en la que vivían Pamela Cobos, Roxana Figueroa y Andrea Castro Riglos. Cobra mayor relevancia porque si la justicia dictamina una condena contra Ramos, es un punto de apoyo para pelear por Justicia ante cada crimen de odio, pero también una advertencia para todos aquellos que crean que matar a las mujeres, travas, trans o lesbianas no tiene ningún costo, o que puede ser festejado o bien visto por los personajes que rodean a Milei, como Nicolás Márquez, que el triple lesbicidio era un “buen motivo para reivindicar la heterosexualidad”.
En ese sentido, advertimos que, si bien sabemos que sería un enorme paso a favor del colectivo LGBT si la Justicia declara culpable a Ramos, ya que venimos sufriendo los ataques del Gobierno libertario y del clima odiante que efervesció desde que llegó a la presidencia, no podemos depositar nuestra confianza en que esa justicia patriarcal por sí sola y sin ninguna presión callejera haga lo que tenga que hacer y falle a favor de nuestros derechos.
Las mujeres, lesbianas, travas y trans, que tenemos un largo recorrido en la lucha, entendemos que no hay mayor garantía para que se condenen los femicidios, lesbicidios y transfemicidios que mantenernos en la calle, porque esa justicia patriarcal es parte del mismo entramado institucional que pretendía llevar adelante el enjuiciamiento contra Ramos en 2027 y que no movilizó los recursos necesarios y a tiempo para la búsqueda de Tehuel, como lo vimos ocurrir así cientos de veces.
Un juicio encorsetado por el gobierno y el Ministerio de Mujeres y Diversidades bonaerense
Lamentablemente, para las mujeres, travas, trans y lesbianas, el respeto y el derecho a existir son una pelea cotidiana y que, a pesar de que conquistamos derechos como el aborto, el matrimonio igualitario y la identidad de género, la misoginia y el odio no se terminaron ahí, sino que con el avance de la extrema derecha empezamos a ver un retroceso histórico en esta materia.
El juicio por Tehuel cuenta con el apoyo del Ministerio de las Mujeres y Diversidades bonaerense, encabezado por Estela Díaz, que responde a Axel Kicillof -quien se presenta como una figura política opositora a Milei-, sin embargo, las feministas que acompañamos incontables veces a las familias y víctimas de violencia en su camino por conseguir justicia, vimos que en el momento que el compañero desapareció no se dispusieron de todas las herramientas del aparato estatal para buscarlo. En cambio, el Gobierno bonaerense se encargó de encorsetar y contener la lucha que podía llegar a darse por abajo, al presentarse como el ente organizador de las actividades que rodean la busqueda, al juicio y a la familia de Tehuel.
Por este motivo, el Ministerio, en su búsqueda de lavar su imagen tras el papelón en los días clave de la desaparición de Tehuel, definió dar todo su apoyo a la postura de la familia que quería ir a juicio lo más rápido posible, en vez de continuar la pelea por la aparición, como quería otro sector. En este punto, hay que recordarles que las mujeres, travas, trans y lesbianas no nos vamos a conformar sólo con una eventual condena a Ramos, porque queremos respuestas sobre qué pasó con Tehuel, porque el juicio se está llevando a cabo sin la aparición de Tehuel.
Asimismo, hay que recordarles que, además de denunciar al Gobierno nacional sostenemos la exigencia a Kicillof para que envíe y refuerce el presupuesto que sea necesario para atender cada una de nuestras problemáticas, porque de nada nos sirve tener un Ministerio de Mujeres y Diversidades en proceso de vaciamiento. Una exigencia que no puede prescindir de la lucha callejera y la organización desde abajo e independiente.
En esa línea, nos encontraremos este viernes 26 en las puertas del Fuero Penal para acompañar a la familia y allegados de Tehuel durante los alegatos, en la última de las diez jornadas del juicio contra Ramos. Las mujeres, travas, trans y lesbianas tenemos que copar la calle y hacer todo el ruido posible para que, desde adentro de la sala, la Justicia escuche nuestra exigencia de ¿dónde está Tehuel?.
Amancay Amadé González









