En los últimos días nos enteramos que Fabiola Yañez denunció a Alberto Fernández por violencia de género. El caso tomó relevancia nacional y mediática inmediatamente. Se trata de un ex presidente que abusó física y psicológicamente a su pareja. Por eso, en primer lugar, ¡exigimos que se haga justicia por Fabiola!
Este hecho escandaloso, en el que la violencia de género fue perpetrada por el entonces presidente de la nación, generó mucha crisis en sectores del kirchnerismo y peronismo que genuinamente confiaron en ese gobierno. Por eso nos parece importante explicar que si alguna vez Alberto Fernández habló de ponerle fin al patriarcado no fue más que por pura demagogia para intentar cooptar un movimiento feminista independiente, organizado, democrático y en pie de lucha que vino a cuestionarlo todo. Que utilizó al feminismo para lavarse la cara mientras ajustaba a las propias mujeres, los trabajadores y la juventud. Que quiso ser la cara visible de nuestros derechos, mientras le abría la puerta a los anti derechos con la objeción de conciencia. Que desfinanció todo organismo público de lucha contra la violencia de género y no destinó ni un peso para la aplicación efectiva de la ILE y la IVE.

Es importante entender que, dentro de los marcos institucionales burgueses y detrás de fuerzas políticas patronales que reproducen día a día el patriarcado, no hay emancipación de las mujeres y diversidades posible. No podemos volver a permitir que llamen al feminismo a votar candidaturas y partidos patronales expresan la adaptación a derecha. El balance tiene que ser el opuesto al expresado por Juan Grabois, que después de esta grave denuncia dijo que volvería a votar a Fernández, Scioli o Massa. La única salida ante la derecha es apoyarnos en la fuerza del movimiento feminista e impulsarla de manera independiente, en estrecha alianza con los estudiantes y los trabajadores.
El gobierno y la extrema derecha utilizan la denuncia para atacar al feminismo
Frente a este caso, que cada día se le suma un dato más aberrante, la derecha reaccionaria y enemiga del movimiento de mujeres que encabeza Javier Milei montó un show mediático para desprestigiar al feminismo ligándolo a Alberto Fernández. Mientras que desde hace años vienen repitiendo que el patriarcado y la violencia de género son un invento de la izquierda, ahora salen demagógicamente a indignarse, pero para decir que la responsabilidad la tiene el feminismo. ¡Cínicos! De no existir la lucha feminista, este caso ni hubiera salido a la luz teniendo en cuenta que no es el único presidente en la historia en nuestro país en ejercer violencia hacia las mujeres.
Desde que asumió, el gobierno de Milei atacó sistemáticamente al movimiento feminista y a la comunidad LGBT. El propio presidente no se cansa de decir que es nuestro enemigo. Y en sintonía con esto vienen siendo todas sus políticas públicas destinadas a -no- combatir la violencia de género: la línea 144 está completamente desmantelada, se cerró el Ministerio de mujeres y diversidades, se reproducen discursos de odio a diario que tuvieron consecuencias nefastas como el triple lesbicidio de Barracas y hace pocos días se anunció el cierre definitivo del INADI. En la Argentina hay un femicidio cada 29 horas y no hay una sola herramienta estatal para ayudar a las víctimas que sufren violencia de género. Ni hablar de la justicia patriarcal que libera y absuelve a violentos y femicidas.
Este gobierno está en sintonía con la extrema derecha a nivel mundial que entre sus pilares fundacionales se encuentra la reacción al movimiento feminista que surgió a nivel global en la ultima década. Reacción que en los últimos días llevo su misoginia y transfobia un paso más allá al acusar a una boxeadora olímpica de ser trans por el simple hecho de no ser “femenina”. Milei se alinea con Trump que dejó una Corte Suprema de (in)justicia que derogó el histórico fallo Roe vs Wade, con las Le Pen y las Meloni que descargan su misoginia, transfobia y homofobia sobre todos los oprimidos y explotados.
El movimiento feminista argentino está en el otro extremo. Es vanguardia mundial de la lucha feminista, estando a la cabeza de una verdadera marea verde internacional y que coronó este proceso con la histórica conquista del derecho al aborto en 2020, que se organizó de manera independiente y desde abajo en los encuentros de mujeres y las asambleas feministas, con la creación de la campaña verde y poniendo en pie las multisectoriales de género: convirtiéndose en una verdadera referencia de lucha y organización. Así fue cómo se conquistó el aborto legal, se conquistó la caratula de “femicidios”, se puso sobre la mesa que la violencia de género existe y que el patriarcado es el sistema que le da forma a nuestra opresión.
El gobierno de Milei, que hoy es la cara visible de las peores atrocidades patriarcales, lanzó un ataque directo contra el feminismo porque es consciente del poder que tiene y porque expresa lo opuesto a su plan ultra reaccionario. ¡La derecha reaccionaria se tiene que lavar la boca antes de querer venir a darnos lecciones de moral!
Frente a esto, el movimiento de mujeres y feminista tiene que retomar la organización y los espacios de discusión independientes, que son los que nos convirtieron en lo que representamos hoy. Hay que utilizar cada espacio democrático y de organización para dar la pelea a brazo partido contra las políticas de este gobierno, sumar a los más amplios sectores a ser parte de esta lucha y que la abracen como propia. Hay que retomar el camino que nos trajo hasta acá. Hoy más que nunca un movimiento feminosta independiente y aliado a los trabajadores. Sólo así vamos a poder derrotar el plan de gobierno de Milei, frenar la violencia de género y conseguir justicia para todas las víctimas.









