El veto a la ley de los jubilados marcó un antes y un después en la coyuntura política del país. Mediante la decisión de negarle un pequeño aumento de menos de $20.000 a los jubilados, el gobierno de Milei quedó en evidencia ante toda la población, reactivando la movilización callejera frente al Congreso. Como decía un jubilado durante la protesta del día miércoles: “yo voté a Milei para que ajuste a la casta, pero nos está ajustando a los viejos”. Una síntesis clara de las expectativas de mejora social que amplios sectores de la población habían depositado en el gobierno y el contraste con la dura realidad tras 9 meses de brutal ajuste y recesión económica inducida. Y si “meterse con los jubilados” ya le significó un enorme costo político a Milei, el haber reprimido con un gas pimienta a una nena de 10 años fue el colmo que dejó al descubierto que para pasar el ajuste está dispuesto a hacer cualquier cosa.
En el mismo acto el gobierno cruzó dos “líneas rojas” que tiene la Argentina: los trabajadores jubilados y la represión policial. Recordemos que fue la lucha contra la reforma jubilatoria bajo el macrismo cuando se produjeron las jornadas de lucha del 14 y el 18 de diciembre de 2017 donde decenas de miles salieron a las calles. Y Milei vuelve a la carga tocando una fibra muy sensible frente a una realidad durísima donde más de 5 millones de jubiladas y jubilados están bajo la línea de pobreza, acumulando toda una serie de ataques como la reducción de la bonificación del estado para comprar medicamentos que otorgaba el PAMI.
Así, estamos transitando una nueva coyuntura política donde hay elementos contradictorios. Por un lado, el gobierno tuvo varios reveses parlamentarios, como el rechazo tanto en Diputados como en Senadores de los $100.000 millones de pesos para gastos de la SIDE, la ley jubilatoria y ahora con la aprobación de Senadores de la Ley de Financiamiento Universitario. Pero, por otro lado, Milei logró revertir la derrota mediante la rosca de los radicales-panqueques, aunque sobre la base de un enorme costo político. La resultante política fue que el gobierno ganó la pulseada, pero perdiendo una parte de su capital político, lo que al decir de Pichetto, “pudo vencer, pero no convencer”.
Algo similar podría pasar ahora con la Ley de Financiamiento Universitario, donde Milei ya anunció que la vetaría y desde los sectores del radicalismo vinculados a las gestiones de Yacobitti anunciaron que insistirían con volver a tratarla para ratificarla contra el veto. Un escenario donde claramente el gobierno volverá a intentar comprar la voluntad de los legisladores y por eso no puede depositarse ninguna confianza en las negociaciones parlamentarias, que ya llevaron a una derrota a las y los jubilados, sino sólo en la fuerza de miles de trabajadores y estudiantes nuevamente en las calles como el pasado 23 de abril.
Una inflación que no cede
Esta semana también se conoció el nuevo dato de Inflación de agosto que dio 4,2%, mostrando un repunte con respecto al mes de julio que había marcado un 4%. Se trató de un informe que complicó al gobierno porque habiendo provocado una recesión económica fuertísima para contraer la demanda y bajar los precios, los números indican que tenía patas cortas esta política de ajuste feroz sobre la población. Además, está cada vez más complicado conseguir trabajo, crecen los despidos, y el poder adquisitivo se hunde cada día más y la promesa económica central del gobierno de bajar la inflación comienza a mostrarse un tanto deshilachada. El comentario de que “la plata no alcanza” es parte central de la conversación cotidiana entre los trabajadores, y los aumentos paritarios, aunque desiguales en cada sector, son completamente insuficientes.
Por su parte y en sintonía con la ofensiva reaccionaria del gobierno, las patronales privadas están redoblando los niveles de explotación en las empresas. Aprovechándose del clima creciente de temor al desempleo por la recesión, extorsionan con paritarias miserables, aprietan con aumentar los ritmos de producción y presionan con mayor disciplinamiento en los lugares de trabajo. El caso del ataque con despidos masivos en el gremio del neumático es elocuente de esta ofensiva patronal.
Frente a esta situación de deterioro salarial se destaca la lucha de los trabajadores aeronáuticos que vienen siendo duramente atacados por el gobierno y los medios de comunicación oficialistas, además de estar bajo la amenaza permanente de privatización de Aerolíneas Argentinas, con la pérdida de derechos que ello implicaría tanto para los trabajadores como para los usuarios. Además, ahora el gobierno empezó con despidos antisindicales contra 3 pilotos y el conflicto escaló extendiéndose a otros sectores de Ezeiza y Aeroparque. Se trata de un conflicto de importancia política en tanto es una prueba de fuerza con el gobierno que marcará el pulso de las demás negociaciones salariales y luchas de los trabajadores en general.
La CGT y la CTA en el baile de la gobernabilidad
Mientras Milei prosigue su política de ajuste, de miseria salarial, de negarle un mísero aumento a los jubilados y reprimirlos a cielo abierto, las centrales sindicales como la CGT y CTA se dedican a administrar el malestar social sacando comunicados y de vez en cuando convocan a sus delegados a alguna movilización, como cuando el miércoles pasado frente al Congreso algunas representaciones de ambas centrales se hicieron presentes por un breve momento. Pero de Paro General nadie habla y en la voluntad de estos dirigentes está más bien el hacer, como ellos dicen “una guerra de desgaste” a Milei y no un verdadero plan de lucha que impulse un crecimiento de la fuerza movilizada de los trabajadores que permita derrotar los ataques del gobierno.
Sin embargo, esa supuesta “guerra de desgaste” es un eufemismo para encubrir que hoy en día son estas centrales sindicales los pilares fundamentales de la estabilidad política del país y de la gobernabilidad con la que cuenta Milei, siendo una minoría como fuerza política. Así la CGT viene negociando con Sturzenegger la reglamentación de la reforma laboral que contiene toda una serie de ataques a los derechos laborales, como la sustitución de la indemnización a cargo de las patronales por un “fondo de cese laboral” a cargo del propio trabajador, donde se estaría creando un negocio millonario de fondos de inversión y aseguradoras. Es decir, ¡no sólo buscan quitar un derecho histórico sino transformar el despido de un trabajador en un negocio donde pretenden “comer” tanto los capitalistas como la propia burocracia sindical! Otro claro ejemplo de cómo estos sectores sindicales son parte de quienes gestionan la explotación de los trabajadores y no representantes que defienden sus derechos.
Al revés, imaginemos si los sindicatos, centros de estudiantes y movimientos sociales hoy estuvieran convocando un plan de lucha, con paros y marchas en todo el país para derrotar los vetos contra los jubilados y las universidades. Imaginemos la fuerza de millones que estaría volcándose en la calle si quienes dirigen estas importantes organizaciones de masas dejaran de lado su política de pasividad y se pusieran al frente de organizar la lucha social. ¡Sería otro cantar para los trabajadores y colocaría al gobierno contra la pared! Por eso mismo hay que organizarse en cada lugar de trabajo y estudio para exigirle a las conducciones sindicales que convoquen Asambleas abiertas y democráticas y resolver un verdadero plan de lucha contra los atropellos del gobierno.
La próxima posta de importancia será la Marcha Nacional Universitaria para derrotar el veto de Milei. Como lo hicimos el pasado 23 de abril, donde le arrancamos parte del presupuesto al gobierno, tenemos que volver a ser 1 millón en las calles y las plazas de todo el país. Para eso hay que ir preparando asambleas, clases públicas y todo tipo de acciones que permitan abrir el debate con toda la comunidad educativa, de modo de llegar a la Marcha en estado de deliberación y movilización mucho mayor al actual.
¡Abajo el veto de Milei contra los jubilados y las universidades!!!
¡Por el triunfo de la lucha de los trabajadores aeronáuticos!
¡Todo el apoyo a los obreros del neumático contra los ataques de las patronales!
¡Por un Paro General de la CGT y CTAs! Por un Plan de Lucha Nacional para derrotar la política de ajuste y represión del gobierno.
Centro Político-Cultural Estación Obrera
Corriente Estudiantil Socialista La Revuelta









