Este 1 de febrero movilizamos a Plaza de Mayo por el orgullo antifascista y antiracista
El pasado jueves 23 de enero, en el Foro Económico Mundial de Davos, el presidente Javier Milei brindó un discurso ultra reaccionario frente a la burguesía internacional. En el mismo, se dedicó casi exclusivamente a atacar y amenazar a las mujeres, diversidades sexuales, inmigrantes y al movimiento ecologista.
Uno de sus dichos más aberrantes fue la afirmación de que los homosexuales abusan de menores, luego de negar la identidad de género de las personas trans. En sus palabras: “Quiero ser claro que cuando digo abusos no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos, por lo tanto, quiero saber quién avala esos comportamientos» Invierte y niega la realidad: el 80% de los casos de abuso son al interior de la familia patriarcal tradicional, llevados a cabo en su abrumadora mayoría por padres, tíos, hermanos, padrastros, etc. Estos discursos tienen consecuencias peligrosas para la comunidad. Ya hemos visto como este tipo de discursos de odio contra las diversidades envalentonan ataques hacia las personas LGBT, como fue el caso del triple lesbicidio en Barracas, o el ataque a una maestra en el micro, luego de que Milei asumiera, por llevar el pelo corto y un pin con los colores del orgullo.
Es el mismo presidente que eliminó contenido de Educación Sexual Integral (ESI) destinado a abordar el abuso infantil, con la justificación de que deformaba las ideas “naturales” de la familia. El repudio del movimiento feminista, la comunidad educativa y gran parte de la sociedad fue tan grande que tuvo que volver a subir ese contenido (una canción de Canticuenticos y un poema de María Elena Walsh) a la página de educ.ar.
Luego de estas declaraciones, el funcionario del gobierno Guillermo Francos aseguró que lo mejor es ser homosexual “de las puertas para adentro”, queriendo instalar nuevamente que deberíamos sentir vergüenza y escondernos volviendo al closet. Avalando el discurso de Milei y realizando estas declaraciones, nos niegan años de lucha y derechos conquistados por el colectivo LGBT.
Otra de sus declaraciones fue el cuestionamiento a la figura de femicidio. Falseando completamente las luchas y los debates que el feminismo le ha planteado a la sociedad patriarcal, afirmó que «El feminismo radical es una distorsión del concepto de igualdad y aún en su versión más benévola es redundante, ya que la igualdad ante la ley ya existe en Occidente. Todo lo demás es búsqueda de privilegios, que es lo que el feminismo radical realmente pretende» (…) «en muchos países supuestamente civilizados si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima». Nuevamente miente y niega lo que sucede en la realidad: en Argentina matan a una mujer cada 28hs por el solo hecho de serlo, tal es así que en el 2024 se registraron 316 femicidios.
También atacó el derecho al aborto, diciendo que es parte de una agenda sanguinaria y asesina. Nosotras sabemos que lo sanguinario y asesino es el aborto clandestino. Milei como representante de los intereses del capitalismo no pueden tolerar que las mujeres cuestionemos el rol que ocupamos en la sociedad, que decidamos sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas objetando que nuestro único destino sea ser madres.
Este envalentonamiento se da en el marco de la reciente asunción de Trump, en donde Milei estuvo presente. Allí el presidente de los EE.UU. también se dedicó a atacar a las mujeres, diversidades, inmigrantes, etc. De hecho, el mismo jueves mientras el presidente argentino hacía su discurso reaccionario, Trump indultaba a 23 personas que bloquearon el acceso a clínicas de aborto.
Pero estas declaraciones furiosas y amenazantes que el presidente suele realizar cuando habla del feminismo hoy cobran otra relevancia. Ya que, luego de la disertación el gobierno, desde casa rosada salieron a anunciar que quieren quitar del código penal la figura de femicidio, derogar la ley Micaela y la ley de paridad de género y eliminar el DNI no binario, entre otras cosas. Una muestra de que esto no es solo una mera “batalla cultural” sino que es el intento de hacer pasar políticas que den marcha atrás con las conquistas del movimiento feminista en los últimos años.
Milei pone al movimiento feminista como uno de sus principales enemigos, siempre que pudo atacó el derecho al aborto queriendo cuestionar su legalidad. Pero en Argentina hay una marea verde que supo organizarse, masificar y luchar hasta ganar la IVE y la ILE, por eso este gobierno todavía no puede convertir en hechos sus amenazas. Pero las amenazas son cada vez más reales y por eso hay que empezar a prepararse nuevamente para defender las conquistas atacadas y luchar por una verdadera emancipación de las mujeres, personas LGBT y de todos los explotados y oprimidos
Cuando decimos que el plan de Milei es reaccionario es porque pretende dar vuelta las relaciones de fuerzas conquistadas en Argentina luego de la rebelión popular del 2001 para resolver la crisis en favor de los empresarios. Necesita atacar al conjunto de los explotados y oprimidos, sobre todo a aquellos sectores que se han organizado para arrancarle derechos al Estado capitalista y patriarcal. Quiere retrotraer las condiciones laborales y de vida un siglo atrás.
Esto va en sintonía con lo que Trump y Elon Musk pregonan. No es casual que ataquen los movimientos de masas como el feminismo y la lucha ecologista, que surgieron desde abajo y que logran derechos que cuestionan el capitalismo y que ponen a la sociedad en una situación de más igualdad y libertad. Una sociedad con más libertades y derechos es una sociedad menos sometida Y eso claramente está a contramano de lo que la extrema derecha y la burguesía quieren hacer: ir a mayores condiciones de explotación tanto de hombres y mujeres como de la naturaleza que en las décadas neoliberales, para saldar la crisis del capitalismo. Movimientos que pelean por la emancipación de las mujeres y la personas LGBT y cuestionan la depredación sobre la naturaleza contagian a los trabajadores y le ofrecen una alternativa de lucha y organización frente al capital.
Balances y debates al interior del feminismo
El movimiento feminista viene de una experiencia de lucha profunda. Una experiencia que nos ha dejado lecciones sobre cómo pelear y organizarnos tanto para arrancar conquistas a este sistema capitalista y patriarcal, como para defendernos de la opresión que el mismo genera.
Con el #NiUnaMenos el movimiento comenzó a masificarse frente a los casos de femicidios y violencia que se incrementaban día a día, llevando adelante el 3 de junio del 2015 una de las movilizaciones más grandes en la historia del movimiento feminista argentino. Esa irrupción como respuesta al femicidio de Chiara Páez dio lugar a la organización y debate de cara al conjunto de la sociedad. Empezamos a discutir en los lugares de trabajo y de estudio cómo luchábamos contra la violencia patriarcal.
El #NiUnaMenos y la organización que se gestó desde abajo comenzó a profundizarse dando lugar a la Marea Verde. El 19 de febrero de 2018 se convocó al primer pañuelazo federal exigiendo la legalización del aborto y eso tuvo continuidad con la movilización del 8M del mismo año, siendo el derecho al aborto su principal consigna.
El 2018 estuvo marcado por asambleas feministas a lo largo y ancho del país. Asambleas que discutían acciones, paros, movilizaciones, campañas, toma de facultades; y que prepararon las masivas concentraciones del 13J y el 8A frente al Congreso. En ese año, a pesar de que los senadores nos dieron la espalda, el feminismo logró ganar el debate en la sociedad con sus métodos históricos.
Frente a esto, el kirchnerismo, a través de sus conducciones sindicales, comenzó con la política del “Hay 2019”. Buscando, y posteriormente logrando, sacar de la calle la lucha por el aborto, pero también la lucha en curso que venían llevando los trabajadores y el movimiento estudiantil contra el macrismo, encauzándola por la vía de las elecciones y depositando confianza en las instituciones de este sistema que venían de darnos la espalda.
Sin embargo, el movimiento feminista había calado tan profundo en la sociedad que no se fue de las calles y siguió peleando por el derecho al aborto de forma masiva. El 30 de diciembre del 2020 se sanciona la ley con millones de mujeres y diversidades en las puertas del congreso. Un hecho histórico, siendo el derecho más importante conquistado por el movimiento feminista de Argentina ya que cuestiona el rol de la mujer en la sociedad. La marea verde significo la entrada a la vida política de millones de pibas, y puso al pañuelo verde como símbolo internacional de referencia.
Alberto Fernández, luego de la legalización del aborto, se atrevió a decir que estaba contento de ponerle fin al patriarcado. Una maniobra del peronismo para apropiarse de la lucha que había llevado a cabo el movimiento de mujeres, sacarlo de las calles y decirle que con las elecciones y las instituciones bastaba. Pero el patriarcado está lejos de acabarse, ya que todas las conquistas que obtuvo el movimiento de mujeres no tuvieron presupuesto real para que sean efectivas. El gobierno peronista progresista estaba llevando a cabo un ajuste brutal contra los trabajadores, las mujeres y la juventud al servicio del FMI, degradando nuestras condiciones de vida mientras se cubría por izquierda con discursos progresistas vacíos.
Entendemos que es necesario sacar dos conclusiones: 1) la conquista del aborto, al igual que todas nuestras conquistas, fue producto pura y exclusivamente de la lucha que llevó adelante el movimiento de mujeres; 2) Las limitaciones para la aplicación efectiva de nuestros derechos fueron por la falta de presupuesto y el ajuste que se estaba llevando adelante: un ministerio de mujeres y diversidades sin presupuesto, limitaciones en los hospitales para aplicar la IVE por falta de equipos profesionales y recursos, entre otras cosas.
Esta estrategia de sacar al movimiento de lucha de las calles y llevarlo a confiar en las instituciones, al mismo tiempo que se estaba desarrollando un ajuste brutal con discurso progresista, fueron caldo de cultivo para el avance de la reacción, desarmando la organización independiente y desde abajo frente a la llegada de Milei.
Ahora, bajo el gobierno de Milei, nos encontramos con dos discusiones: la primera es que el peronismo, siendo quien conduce los sindicatos, centros de estudiantes y las organizaciones feministas de referencia, se niega a convocar acciones de lucha reales y masivas, cuidando la gobernabilidad y ofreciendo una salida puramente electoral. Pero como ya vimos, este camino solo conduce a que la derecha pueda seguir avanzando. La salida es diametralmente la opuesta: hay que apostar a la organización por abajo y la lucha en las calles que vaya en contra de este sistema capitalista y patriarcal, planteando una perspectiva socialista.
La segunda es que las voceras feministas del peronismo, como la periodista Julia Mengolini, están trasmitiendo la idea de que la reacción contra el feminismo es porque “fuimos demasiado feministas”. Esto es una política completamente errada y peligrosa porque lleva a adaptarse a la derecha. El problema es, como venimos desarrollando, justamente el opuesto. El feminismo que pregonan estos sectores progresistas se mantiene dentro de los márgenes del capitalismo patriarcal y ofrece así respuestas vacías. No solo no cuestiona las políticas de ajuste que llevan adelante cuando gobiernan los sectores progresistas, sino que no cuestionan el rol que el capitalismo nos da a las mujeres en las tareas de la reproducción, lo que lleva a que, entre otras cosas, actualmente el 70% de los pobres sean mujeres. Es decir, no son realmente una alternativa para erradicar la violencia de género.
Nosotras, las feministas socialistas, siempre planteamos que el movimiento tenia que ser independiente y de lucha, no adaptarse al estado capitalista y unirse a los y las trabajadores/as y pelear por una verdadera emancipación que cuestione el capitalismo patriarcal.
Por esta razón, para enfrentar a la extrema derecha hay que ir a una lucha en serio y con un programa que sea realmente transformador para el conjunto de los explotados y oprimidos.
Más que nunca en las calles, organizadas y luchando contra la extrema derecha
Bajo el gobierno ultra reaccionario de Milei, las mujeres y diversidades tenemos que retomar los métodos que nos llevaron a conquistar nuestros derechos, sin depositar confianza en las instituciones. No pasa por “votar bien”, sino por organizar la fuerza de nuestro movimiento que será la que les ponga freno a los ataques misóginos de este gobierno.
Es por eso que es necesario volver a encontrarnos en asambleas feministas que sirvan para discutir y poner en pie un movimiento independiente que pelee verdaderamente contra este capitalismo patriarcal, en unidad con los trabajadores y el movimiento estudiantil. Que sea parte y brinde toda su solidaridad a las luchas en curso, como la de los trabajadores y trabajadoras despedidos del Bonaparte y de los sitios de Memoria.
Tenemos que retomar el camino de la lucha en las calles con movilizaciones masivas, de los paros como supimos hacer bajo el gobierno de Macri mientras la CGT tomaba el té, de las tomas de facultades y asambleas en los lugares de estudio y trabajo llevando adelante una campaña contra Milei.
¡Por un paro y movilización histórica este 8M contra el plan reaccionario de Milei!









